Alemania gana su primer campeonato mundial en una final con sabor europeo, con un marcador de 83-77

Alemania logra su primer título mundial al vencer a Serbia en una emocionante final del Mundial de baloncesto de 2023. El equipo alemán, liderado por Dennis Schröder, se impuso en un partido disputado que se decidió en el último cuarto.

El enfrentamiento fue muy intenso y ambos equipos mostraron nerviosismo en los momentos finales. A pesar de la reacción serbia para reducir la desventaja en el marcador, Alemania logró mantenerse firme y asegurar la victoria en los últimos segundos, marcando un hito histórico para su país.

Con esta victoria, Alemania sucede a España como campeón mundial y sigue los pasos de la selección española que ganó el título invicta en China 2019. Serbia, por su parte, suma otra final perdida como país independiente. Canadá se lleva el tercer lugar al vencer a Estados Unidos en el partido por el bronce.
Una parte importante del triunfo de Alemania se basó en el desempeño de Dennis Schröder, reconocido como el mejor jugador del torneo, y Franz Wagner, nombrado MVP de la final. El base alemán, que no fue tan preciso en los momentos decisivos, anotó 28 puntos, mientras que el alero cerró el partido con 19 puntos y 7 rebotes.

Por otro lado, Serbia vuelve a experimentar una derrota en la recta final después de caer ante Estados Unidos en 2014. Bogdan Bogdanovic no pudo encontrar su ritmo tras el descanso a pesar de anotar 17 puntos y fue Avramovic quien asumió la responsabilidad cuando quedaba poco tiempo en el reloj. Aun así, no lograron detener la arremetida alemana, que consiguió su primer oro histórico.

Serbia y Canadá se enfrentaban por primera vez en una final del Mundial. El equipo de Pesic salió con determinación y eso se reflejó en la actuación muy activa de Nikola Jovic. Dos canastas suyas, incluido un triple, abrieron la brecha inicial del partido (0-5). Los alemanes, algo apagados al principio del encuentro, comenzaron a resurgir con Franz Wagner como figura destacada.

El alero causó un gran impacto tanto desde afuera como cerca del aro, lo que empezó a afectar la defensa serbia.
Las cambiantes transiciones del equipo alemán, lideradas por un Schröder que despertaba lentamente, volvieron a intensificar el juego.

Esto provocó que Bogdanovic saliera de su letargo. El talentoso jugador serbio llevaba la batuta de su equipo y su contribución comenzó a crecer significativamente. Ya sea encestando triples o con penetraciones, su impacto fue notable. Gracias a él, el equipo de Pesic logró mantenerse adelante al final del primer cuarto (23-26).

El segundo cuarto inició con un ritmo más pausado de lo esperado. Solo dos tiros libres de Petrusev para Serbia y las acciones de Franz Wagner y Bonga animaban el ambiente en la cancha del Mall of Arena Asia. Sin embargo, el poder ofensivo volvió a brillar con otra canasta de tres puntos por parte del alero, respondida rápidamente por un triple de Bogdanovic.

A partir de ese momento y hasta el final del cuarto, Schröder se convirtió en la estrella indiscutible. El jugador alemán anotó dos triples y una canasta más para sumar 8 puntos en ese periodo, causando estragos en Serbia. Solo Bogdanovic pudo contrarrestar su actuación y mantener el marcador igualado al llegar al descanso (47-47).

El descanso no sentó bien al equipo serbio. La energía desbordante de Schröder eclipsó por completo a los dirigidos por Pesic.
Caminando de un lado a otro de la cancha y sin poder encontrar a su mejor jugador, el equipo de los Balcanes comenzó a perder fuerza a medida que avanzaba el partido.

La dupla formada por Schröder y Franz Wagner terminó por desequilibrar por completo el juego. Ambos jugadores se unieron para que Alemania diera un paso adelante y sellara de manera contundente la final. Lograron abrir una brecha de 12 puntos y ya acariciaban la victoria al finalizar el tercer cuarto (69-57).

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